
Estamos todos con caras de pasmarotes, sin saber que hacer. Como esas hormigas a las que les borras el camino y se vuelven locas si ser capaces de volver a hacer fila para volver a casa.
Nosotros hemos estado un rato así viendo pasar el tiempo en un bar tomando cervezas, calamares y gambas. No es que suene mal el plan, pero después de dos horas allí hemos descubierto que este turismo no es el nuestro. Por muy británicos que nos estemos volviendo.
Así que nos liamos la manta a la cabeza, nos pusimos el bañador y ala, a bañarse en el mar con la lluvia sobre la cara. Agua calentita y ningún otro loco que osara quitarnos la paz de nuestro baño. Pero que demonios, si es solo agua. Que mas da mojarse fuera que dentro del mar?
Así que hemos estado un buen rato así hasta que ya el frío empezó a hacer acto de presencia. Y es que aunque en España sea invierno, aquí es muy raro que en plena temporada seca se produzca un typhon y una tormenta tropical y en tan poco tiempo. Pero así estamos. Temporada alta, todos los hoteles y restaurantes con precios mas altos aun, y el tiempo de temporada baja. Que se le va a hacer.
He hecho unas fotillos a aquellas barquitas en las que fuimos a bucear que parecen arañas o zapateros flotando sobre el agua sobre sus patitas laterales. También pasamos por un restaurante de esos que te ponen los peces frescos del día que han pescado para que te los cenes a la barbacoa.
Se te cae el alma a los pies viendo tantos peces loro de vivos colores sacrificados, esos meros moteados, napoleones con su gracioso cuernecillo... Con lo bonitos que son bajo el agua y lo que disfrutamos viéndolos mientras buceamos. Hoy se nos han quitado las ganas de cenar pescado.


Esta noche se esperan los peores vientos y lluvias. Que bien que nuestra casita sea de cemento y no de paja. Al menos, es lo único bueno de este hotel.
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