
Y es que la carretera que lleva a Banaue es unica. No solo porque es increiblemente revirada y hasta bonita en ciertos tramos, sino porque relamente es la unica que hay para ir del punto A al punto B. Y como ya comentaba en mi primer post, el trafico aquí es infernal. La carreteras está llena de camiones transportando (supongo que principalmente arroz) hacia y desde Manila y la velocidad de los mismos es menor a la de una anciana saliendo a pasear un domingo, asi que los viajes de autobus se suelen hacer de noche, en parte para que no haya tanto trafico y en parte para que no veas como los kamikazes de conductores que llevas hacen adelantamientos a tres camiones por vez echando a la cuneta a coches y motos que vengan en sentido contrario.
Asi que nosotros cogimos nuestro bus tan confiados, a eso de las 10 de la noche. Pensando que sería un bus de esos con literas donde puedes dormir tranquilamente. O de esos que tienes un asiento por cada lateral, amplios y reclinables con pantalla para ver una pelicula y poder dormirte mientras cargas el movil, subes el blog o actualizas tu estado de facebook.
Nada mas lejos de la realidad. El Bus de mas edad que yo, lo unico que tenía moderno eran los plasticos transparentes de skay que recubrían los asientos, provocando un calor extra en la zona anal muy poco agradable durante todo el viaje. Los asientos, aunque reclinables, deberían ser incluidos en el tratado de ginebra como elemento de tortura prohibido en tiempos de paz. El espacio se veía reducido a la minima expresión ya que en el pasillo central se improvisaron unos asientos plegables que aumentaban la capacidad de transporte a 60 incoscientes que iban a pasar 11 horas de tortura juntos.
Y así comenzaba el viaje, tan tortuoso como el de Frodo Bolsón pero sin la posibilidad de bajarse a echar un pis de vez en cuando en al menos 5 horas. Una parada a las 12 y otras a las 6 fueron todo lo que permitieron estirar las piernas, comer o beber algo a la carrera y volver a subir al vagón de munchausen. Aqui por lo menos a veces teniamos aire acondicionado, que pasaba por los mismos consuctos que el tubo de escape y dejaba un aire gelido y apestoso en toda la estancia. Abrigados como esquimales en un pais con 30 grados celsius de temperatura media todo el año, la vision era grotesca. Pero peor era en las cuestas cuando tenia que desconectar el frio y entonces el CO2 de tanto incosciente caldeaba el ambiente en segundos.
Y tras 11 horas llegamos. Como zombies, con ojeras de no haber pegado ni ojo y pocas ganas de hacer un trecking por las montañas de arroz. Pero ya eso es otro día...aunque todo empieza a parecer el mismo día desde que llegamos. A ver si se nos pasa el Jet lag de una vez. Os dejo también una foto de un puesto de figuras de navidad, papa noeles gigantes y un Iron Man de dos metros.
Feliz Navidad pareja
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