lunes, 5 de enero de 2015

De relax en Boracay

Que bien se duerme en una buena cama. Tenía planificado levantarme a las 5:30 para poder ver amanecer desde la playa privada que tiene nuestro hotel, pero cuando ha sonado el despertador me ha salido del alma un “5 minutitooos maaaas, por favor....” y así me he quedado durante 3 horas mas hasta que el sol ya bien alto nos ha despertado para ir a desayunar. 





El hotel en el que estamos es flipante. Es un recinto que rodea a un campo de golf profesional de 18 hoyos y las habitaciones se reparten a lo largo de unos 15 o 20 edificios a su alrededor, lo que quiere decir que hasta para ir a recepción necesitas llamar al de la furgoneta para que te recoja en tu casa y te lleve hasta allí. Que quieres ir a desayunar? Pues otra llamadita y a esperar transporte. 

La habitación que tenemos es casi mas grande que nuestra casa de Londres y la terraza da directamente al jardín, a mitad del hoyo 5 del campo de Golf. Alguna vez he pensado que si se le escapa una bola a alguno de los jugadores nos entra por la ventana, pero estamos bien flanqueados por unas cuantas palmeras, y además el personal que juega en este campo, a juzgar por sus equipaciones, tiene que ser profesional por lo menos. 
Lo cierto es que es algo que yo no entiendo. Venir a una isla tan bonita como esta y quedarte todo el día jugando al golf en un campo que te da igual si esta en una isla paradisiaca de filipinas como si esta en cuenca, pero también supongo que mucha gente pensara lo mismo del buceo, o de otras actividades. Yo me quedo con la playita de aquí y el ambientazo de la isla. Adoro Boracay. 






La playa principal White Beach se divide en 3 estaciones. Realmente es todo un continuo de azul celeste del agua y arena blanca y fina donde termina con unas palmeras de postal y un montón de chiringuitos de todos los gustos, muchos de ellos son la extensión de los propios hoteles de playa. 







Station 1 tiene los hoteles un poco mas pijos y grandes. La extensión de arena es también mayor y supongo que es una zona un poco mas de familias, relax y restaurantes de pasta. 

Station 3 está menos poblada de gente, cubre un poco mas el agua y por tanto es mejor para poder bañarte y nadar que las otras estaciones en las que te pasas andando un buen rato hasta que deja de cubrir. 



Es también la estación desde la que salen los barcos para darte unos paseitos o ir a otras islas (aunque no sé para qué si ésta es ya paradisiaca), y hay menos chiringuitos y hoteles boutique mas pequeños y algo mas baratos. 
Station 2 es mi favorita con diferencia. Ambientazo, mogollón de gente, chiringuitos de playa con mesas en la arena, música en directo, actuaciones, un montón de puestos de souvenirs y otros tantos de artesanía. Aquí todo el mundo curra de algo. No veras a nadie sentado rascándose la barriga. Y los que no tienen trabajo en establecimientos hosteleros se buscan la vida con alguna dedicación artística que les pueda reportar los codiciados pesos de los turistas. 



Hay gente pintando camisetas, haciendo colgantes de pasta de modelado, pulseras y otros avalorios con conchas, vendedores de perlas engastadas o sueltas, gente que te hace tu nombre con alambre o te lo pinta en una maderita en forma de llavero, gente que ejecuta coreografías con fuego, o que te alquila un traje de sirena para hacerte un book de fotos,  y gente que te vende abosolutamente de todo. Supongo que a mucha gente le cansará ver tanto vendedor ambulante, pero yo disfruto comprando, así que para mi es un placer tener tanta variedad. 

Entre medias hay calles comerciales como “D Mall” con tiendas de marcas occidentales y a precios occidentales. Porque que nadie piense que esto es barato. Una hamburguesa por 10 euros, un pescado por 15 y unos nachos por 8 son algunos ejemplos. 

Así se nos pasó el primer día, dando paseos por la playa, dándonos bañitos, tomando cervezas locales “Red Horse” (que es lo único barato de aquí) y disfrutando de la música y el ambiente de la isla. 

Mañana ultimo día.... 
 

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